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En un mundo donde la equidad de género se ha convertido en un imperativo social y económico, hoy celebramos dos décadas de seguimiento de los avances de las mujeres en posiciones de liderazgo empresarial a través del Informe Internacional de Negocios "Mujeres en los negocios 2024: Caminos hacia la Paridad", iniciado por Salles Sainz Grant Thornton. Este año, los datos muestran un incremento del 1,1% en la representación femenina en roles directivos de alto nivel a nivel global, alcanzando un 33,5%. Este avance es significativo en comparación con el 19,4% registrado hace dos décadas. 

A pesar de este progreso alentador, queda claro que aún tenemos un largo camino por recorrer hacia la verdadera equidad. Según las proyecciones actuales, no alcanzaremos la paridad de género en la alta dirección hasta el año 2053, a menos que se intensifiquen significativamente los esfuerzos en esta dirección. Como destacó Andrea Vega, socia de Soluciones de Procesos Empresariales en la firma, "Si bien hemos presenciado cambios significativos en las últimas dos décadas y las mujeres están más empoderadas que nunca para tomar decisiones que respalden sus metas personales y profesionales, es crucial impulsar aún más las prácticas laborales que fomenten la inclusión y aumenten la representación femenina en roles directivos. La flexibilidad laboral y la valoración de diversos estilos de liderazgo son esenciales para crear un entorno donde las mujeres puedan destacarse en la toma de decisiones estratégicas". 

En el contexto específico de México, las mujeres ocupan el 36% de los puestos de alta dirección, lo cual es un avance significativo, pero lamentablemente representa un ligero descenso en comparación con el 38% registrado el año anterior. Al consultar a mujeres que ocupaban puestos de CEO en grandes empresas sobre las razones de abandonar tales roles, mencionaron la presión social, las responsabilidades relacionadas con el cuidado familiar y la sensación de que dichos roles les exigían adoptar un comportamiento más masculino. 

Por otro lado, es alentador ver que sectores como la Agricultura y la Educación lideran con un 40% de representación femenina en puestos de alta dirección a nivel mundial. "Como sociedad, debemos comprometernos a eliminar las barreras que impiden que las mujeres alcancen posiciones de liderazgo. La diversidad en la alta dirección no solo es un imperativo ético, sino también una estrategia inteligente para fomentar la innovación y estimular el crecimiento económico", enfatizó Vega. 

Es esencial reconocer los obstáculos adicionales que enfrentan las mujeres en su ascenso hacia roles de liderazgo, siendo uno de los principales la presión social y las expectativas relacionadas con la maternidad. Muchas mujeres sienten que la decisión de formar una familia puede comprometer su carrera profesional, ya sea por la percepción de que no podrán cumplir con las demandas laborales o por la falta de apoyo por parte de los empleadores para conciliar el trabajo con la vida familiar. 

En este sentido, es crucial promover políticas y prácticas laborales que fomenten la inclusión y la igualdad de oportunidades para las mujeres, independientemente de su estado civil o situación familiar. La flexibilidad laboral, el acceso a servicios de cuidado infantil y el apoyo a la licencia por maternidad son algunas de las medidas que pueden contribuir a crear un entorno laboral más equitativo y acogedor.